Hasta la fecha, no existen pruebas científicas ampliamente aceptadas de los efectos nocivos de la contaminación electromagnética en el ser humano. Hasta ahora, sólo se ha demostrado el efecto térmico de las altas frecuencias en los tejidos que contienen agua. Aún no hay pruebas de los posibles efectos en las células ensambladas ni de la posible resonancia en células individuales. Tampoco se han demostrado los supuestos efectos sobre el cerebro o las vías nerviosas. En una declaración de la Oficina Federal Alemana de Protección contra las Radiaciones sobre diversos estudios debatidos públicamente que sugieren posibles daños causados por la radiación electromagnética se mencionan errores metodológicos o falta de reproducibilidad de los supuestos resultados en todos los casos. Todos nuestros productos (especialmente la fuente de alimentación) están sujetos a las extremadamente estrictas directrices CEM (directrices de compatibilidad electromagnética) para productos sanitarios y cumplen las normas especificadas.
