Deteriorado microcirculación puede provocar una falta de energía en las células debido a la insuficiencia de los procesos de suministro y eliminación. Al principio, esto conduce a una disminución del rendimiento y, más tarde, al mal funcionamiento de las células afectadas. Si se ven afectadas muchas células de un órgano o tejido, se producen los síntomas correspondientes, que pueden definirse como enfermedad. Las células que carecen de energía no pueden funcionar plenamente. La mayoría de las células tienen una vida útil específica tras la cual se renuevan. Las células con energía insuficiente mueren antes. Nuestros glóbulos blancos -y, por tanto, la eficacia de nuestro sistema inmunitario- también dependen directamente de la microcirculación y del estado energético de estas células.