Terapia BEMER favorece las capacidades curativas del organismo y estimula microcirculación que se ha deteriorado por la edad o la enfermedad. En un organismo "sano" en el que todo funciona correctamente, la terapia BEMER puede mejorar la circulación sanguínea (pero sin sobreestimularla), reforzando los mecanismos reguladores del cuerpo y ayudándole a mantenerse sano durante más tiempo. En un organismo "enfermo", la terapia BEMER estimula la microcirculación y mejora así flujo sanguíneo y el suministro a las células y su eliminación, favoreciendo la renovación celular.
