La aplicación de BEMER favorece los procesos de autorregulación y autocuración del cuerpo. Esto sólo es posible si todas las demás sustancias necesarias para el cuerpo humano (nutrientes, vitaminas, minerales, oligoelementos, etc.) están presentes en cantidades suficientes. Si estas sustancias son insuficientes, pueden aparecer síntomas de carencia (por ejemplo, la carencia de magnesio puede provocar calambres en las pantorrillas, la carencia de calcio puede provocar calambres en los brazos o alteraciones del ritmo cardíaco). Naturalmente, estas carencias no pueden remediarse mediante fisioterapia vascular.
Si el organismo está cargado de toxinas (metales pesados, ácidos, etc.), pueden producirse reacciones de excreción. Por lo tanto, la eliminación de tales sustancias debe apoyarse siempre con otras medidas, como beber abundante agua con bajo contenido en gas.
Al mejorar la conducción nerviosa, es posible que en algunos casos el dolor se perciba subjetivamente como más intenso. Esto no es motivo para interrumpir la terapia, sino la prueba de un efecto positivo. En caso de afección grave, debe consultar a un profesional sanitario -preferiblemente en colaboración con el médico tratante- que esté familiarizado con la fisioterapia vascular, o solicitar consejo médico antes de iniciar la terapia.